Turismo veraniego bajo la incertidumbre del coronavirus
Datos actualizado a 17 de junio de 2020.
1. Sumario
La pandemia por coronavirus SARS-CoV-2 ha sumido un planeta cada vez más interconectado en la más absoluta incertidumbre sobre qué ocurrirá en un futuro cercano. Además de las patentes consecuencias en la salud de la población, todas las previsiones indican que la economía de prácticamente todos los países se resentirá.
Entre los sectores económicos más golpeados está el turismo, ya que las conexiones aéreas y terrestres entre países fueron rápidamente canceladas para evitar la expansión del virus. A lo que hay que añadir que el turismo de sol y playa, el más común en todo el arco mediterráneo, genera unas aglomeraciones con un alto riesgo de contagio. La cuestión se ha convertido en un nudo gordiano para los Gobiernos necesitados de
los ingresos que genera el sector.
La progresiva reapertura fronteriza en Europa y el área mediterránea de cara al verano está precisamente dictada, en parte, por las necesidades
del sector turístico, uno de los pilares de la economía de varios de los estados de esta región. Estos esfuerzos no han estado exentos de controversia y, en algunos casos, han generado cierto malestar en algunas comunidades nativas. Las principales protestas vienen a colación de la aparente contradicción que supone la admisión de visitantes venidos del extranjero mientras el movimiento entre provincias sigue prohibido.
Movilidad durante el confinamiento
Fuente: Google y Apple. Nota: Los datos de Chipre no aparecen por ausencia de registros
En un ambiente de incertidumbre, rumores y noticias falsas, desde NÂR Research & Consulting creemos que una información fiable, de calidad y verificada es imprescindible para la correcta toma de decisiones de nuestros clientes.
La temporada más turística del año se presenta llena de interrogantes. De ahí que queramos contribuir a arrojar un poco de luz sobre la situación de la que parten los principales mercados turísticos del Mediterráneo Oriental, entendido desde una perspectiva amplia: Turquía, Grecia, Chipre, Egipto y Georgia. El arco mediterráneo es, con diferencia, el área geográfica más turística del planeta: concentra al 28% de los viajeros internacionales. Dentro de esta región sobresalen las grandes potencias del turismo global, Francia, España e Italia, con entre 60 y 90 millones de visitantes extranjeros anuales. Sin embargo, en los últimos 25 años han comenzado a despuntar mercados alternativos para las vacaciones veraniegas, desde los Balcanes al Norte de África y el Mediterráneo Oriental, especialmente Turquía y Grecia. Si en 1995 Francia, España e Italia copaban el 75% de las visitas a los países ribereños del Mediterráneo, en 2018 la cifra se había reducido a algo menos del 60%.
En ese mismo periodo, los cinco países estudiados en este informe han doblado la porción del mercado mediterráneo que antes ocupaban atrayendo, a la vez, a una serie de países casi desconocidos en Occidente, principalmente de Oriente Medio. Así, aspiran a competir mañana de tú a tú con los mercados tradicionales.
Estos países, a excepción de Egipto -que aún no ha alcanzado el pico de infecciones por COVID-19-, han controlado mejor sus respectivas epidemias que la mayoría de estados de Europa Occidental, por diversas razones que explicamos más adelante. Esto los sitúa con un punto de ventaja respecto a las grandes potencias del turismo veraniego, especialmente de cara a atraer a los grandes mercados emisores de turistas europeos: Alemania, Reino Unido y Rusia.
Dependencia económica del turismo (%)
Fuente: NAR Research & ConsultingSe trata, eso sí, de un vecindario complicado, sacudido por varios conflictos políticos y armados, que, si bien no tienen por qué suponer un riesgo directo para el viajero, sí generan cierta inquietud entre agentes turísticos y los propios turistas, algo que beneficia a los países más consolidados del Mediterráneo Occidental.
De los países estudiados, Grecia, Chipre y Georgia son los que parten en mejor posición por la menor incidencia del virus. Los tres apostaron rápidamente por medidas de confinamiento estrictas, lo que les ha permitido levantarlas también con mayor rapidez tras controlar la epidemia. Por contra, el confinamiento en Turquía y Egipto ha sido más irregular.
Si bien Georgia no es un país propiamente mediterráneo sino de la costa del mar Negro, hemos optado por incluirlo como ejemplo de mercado de turismo alternativo, popularizado en los últimos años, debido a que entra en competencia directa con los demás mercados del Mediterráneo Oriental.
Georgia se ha revelado en los últimos años como un destino de turismo alternativo gracias a su variedad de climas y paisajes, así como su bajo coste. Para ciudadanos alemanes y del Este de Europa y, también, para israelíes, iraníes y árabes del Golfo Pérsico, que han encontrado allí un destino de montaña alternativo al de Turquía.
El grueso de visitantes que acoge Georgia procede, no obstante, de los países vecinos, varios de los cuales todavía sufren una fuerte incidencia de contagios por COVID-19.
Por su parte, Atenas y Nicosia han hecho una oferta irresistible para atraer turistas: cubrir los costes de tratamiento y manutención de todo aquel que, a su llegada, dé positivo en los test de coronavirus, o resulte infectado y enferme durante su estancia. Claro que Grecia y Chipre son también los países que mayor necesidad tienen de recuperar una buena porción del mercado turístico por su mayor dependencia económica del sector, tanto en contribución al PIB como en generación de empleo.
Fuera del turismo europeo, Israel ha propuesto a Grecia y Chipre -y a Georgia en una segunda fase- formar parte de su proyecto de travel bubbles, corredores pactados entre dos o más países que permitan viajar a sus ciudadanos sin la necesidad de guardar cuarentena. Algo que confirma la imagen de estos países como buenos gestores de la epidemia.
Turquía detectó su brote de COVID-19 más tarde que otros países de Europa Occidental y unos días después que los países analizados en este informe, pero en las siguientes semanas se convirtió en uno de los sitios del mundo con mayor incidencia de casos. Sin embargo, la mortalidad ha sido relativamente baja, entre otras razones porque puso en marcha un sistema de trazado de contactos que ha funcionado bien. Eso sí, el país tiene mucha prisa por reabrirse al turismo a fin de no dañar más una economía amenazada por desequilibrios estructurales y que necesita de inyección de divisas.
Otra de las razones es ganar la partida en el tablero geopolítico: en los últimos años se han tensado las relaciones con sus vecinos en la lucha por el control de las aguas del Mediterráneo Oriental, donde se han descubierto importantes yacimientos de hidrocarburos submarinos. Ankara acusa a Grecia, Chipre y Egipto de haber conformado un eje antiturco junto a Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí e Israel. Las relaciones con la vecina Grecia, históricamente tensas, se han enrarecido aún más recientemente por otros aspectos que van desde la delimitación de las aguas territoriales al trato de las minorías etnoreligiosas, el estatus del museo de Santa Sofía en Estambul y la gestión migratoria. El Gobierno de Turquía ha amenazado con volver a facilitar la huida de migrantes y refugiados hacia territorio griego, tal y como hizo en el pasado mes de marzo. Desde NÂR Research & Consulting estimamos que esta amenaza no se concretará en los meses de verano en las costas del mar Egeo. La razón es que supondría daños para el sector turístico de ambos países, pero proporcionalmente más para el turco, ya que las islas griegas fronterizas no acogen a tantos turistas como la costa egea de Turquía.
En cuanto a la región sureste turca, aunque detectamos un recalentamiento del conflicto en la provincia fronteriza de Idlib (noroeste de Siria), no prevemos una entrada masiva de refugiados, cuanto menos hasta el próximo otoño.
Turquía sí ha mostrado interés en recuperar cuanto antes su valioso turismo médico, que ha hecho célebre el país mucho más alla de los implantes capilares, estableciendo protocolos y corredores seguros para atender a los pacientes extranjeros. Pero la situación de incertidumbre global hace prever que los casos no urgentes, es decir, aquellos que consistan en operaciones estéticas, como los implantes de pelo, retrasarán su intervención lo máximo posible.
Egipto es el país que parte de una peor posición para recuperar el turismo veraniego, pues aún no ha controlado su epidemia que, además, tuvo su origen en los visitantes extranjeros. Esto es un verdadero mazazo para la economía egipcia y, en concreto, para el sector turístico, que preveía alcanzar este año las cifras de visitantes previas a las revueltas de la Primavera Árabe y a los atentados terroristas de los siguientes años.
Entre 2011 y 2016, Egipto perdió casi dos tercios de sus turistas extranjeros, si bien en 2019 se había acercado a la cifra de 2010. De ahí que el principal objetivo del Gobierno sea recuperar el mercado turístico interno y, a partir de otoño y si no hay una segunda oleada de contagios, el externo.
El análisis de los datos nos lleva a prever una caída del sector en los próximos meses de entre el 40 y el 80% en los países analizados, tanto desde el punto de vista del número de visitantes como de ingresos -por turismo interno y extranjero-, con una caída mayor dentro del intervalo en Egipto y menor en Chipre (por su inferior volumen y pertenencia a la UE).
El turismo internacional en España puede resentirse por su imagen como uno de los países que mayor incidencia de contagios y mayor mortalidad por millón de habitantes ha tenido en el mundo, así como por las restricciones a los viajes y el propio miedo a volar de los viajeros. De los países estudiados, el que mayor competencia puede hacer a España es Grecia, por haber controlado la epidemia y levantado antes las restricciones.
Turquía es otro país que ha detraído turistas a España de los mercados comunes (Alemania y Reino Unido, fundamentalmente), pero las restricciones a viajar a terceros países impuestas por la UE harán que empiece a funcionar con algunas semanas de retraso, además de que la imagen del Gobierno turco -especialmente sobre la falta de transparencia- podría afectar negativamente a su recuperación del turismo, aunque los datos sean mejores que los de España.
El negocio turístico español podría beneficiarse de la decisión momentánea de Chipre de excluir a sus dos principales emisores de turistas en 2019: Reino Unido (1.330.635) y Rusia (781.856). Con el añadido de que su plan de restringir las llamadas ‘golden visas’ -concesión de ciudadanía chipriota por invertir 2,6 millones de euros- podría llevar a los adinerados rusos, un tercio de los cuales se beneficiaron de esta oferta sospechosa de fomentar el blanqueo, a explorar nuevos destinos vacacionales.
Una constante que los investigadores de NÂR Research & Consulting hemos detectado durante nuestro proceso de recopilación de información es la aparente ambigüedad, pese a la emisión de normas y planes, con que la mayoría de países afrontan sus respectivos procesos de apertura al turismo.
Consideramos que hay dos razones: la imprevisibilidad de la pandemia, que puede desecadenar brotes imprevistos, y la mera lógica del mercado, que lleva a muchos países a actuar en función de lo que haga la competencia. Un ejemplo es la adopción por parte de Grecia de la misma oferta que Chipre -pago de las vacaciones, en caso de infectarse durante la estancia- había anunciado pocos días antes. En otro ejemplo, rastreando vuelos comerciales deducimos que, pese a haberse publicado un calendario de admisión de vuelos por países, el principal aeropuerto de Estambul registra llegadas de vuelos de ciertos países antes del día marcado como de comienzo de operaciones.
En definitiva, pese a la profunda crisis que azota al sector, y el riesgo asumido tanto de pequeños brotes provocados por visitantes llegados del exterior, como de una segunda ola de coronavirus en otoño -menos potente que la primera, según la mayoría de previsiones científicas-, hemos hallado oportunidades para el negocio turístico. Nuestro objetivo es que entre las próximas líneas de este informe encuentre claves, ideas y ejemplos útiles en el suyo.
Calendario de desescalada enfocado en el turismo
Siguientes capítulos: